El Argentino que está creando la próxima generación de XBOX

FUE A LOS ÁNGELES A PROBAR SUERTE Y YA LLEVA 15 AÑOS EN EL PAÍS DEL NORTE LIDERANDO EQUIPOS DE DESARROLLO PARA DIFERENTES UNIDADES DE NEGOCIOS. HOY, ES EL ENCARGADO DE DAR VIDA A SCORPIO, LA PRÓXIMA ENCARNACIÓN DE LA CONSOLA XBOX.

Si bien es cierto que nunca hay que juzgar a una persona por su apariencia, cualquiera que haya conocido a Diego Rejtman sin cruzar siquiera una palabra puede dar fe de su curiosidad y su personalidad extrovertida: una especie de jopo que peina hacia atrás marca, para quienes quieran verlo, alguna de estas características de su persona. Es divertido, charlatán y apasionado, características que lo llevaron de su barrio natal de Núñez a Redmond, cerca de Seattle, donde Microsoft tiene sus oficinas principales. “Se parece mucho a Bariloche”, cuenta Rejtman a INFOTECHNOLOGY desde su oficina, que da a un bosque de árboles de todos colores.

Ya está acostumbrado al frío del Estado de Washington —“me llevó ocho años”, confiesa—aunque lo primero que lo atrajo a los Estados Unidos fue el calor de las playas californianas. “Tuve dos ofertas, una de Intel, que estaba en California, y otra de Microsoft, en Seattle. California tiene mucho más sol; acá llueve todo el tiempo. Pero cuando Intel no actuó como sponsor para mi green card, me incliné por Microsoft, que me tomó enseguida”, cuenta. Se mudó entonces con su novia de toda la vida, Natalia, y fue en Seattle que tuvieron dos hijas con nombres argentinos, Luciana (11) y Florencia (8). “Siempre da miedo irse. Nadie se va diciendo que va a estar todo bien al principio. Vinimos a probar; al principio lo llamábamos ‘nuestro año sabático’ y al año decidimos quedarnos un año más, y después otro, y ahora, 15 años después, ya no nos preguntamos más.”

En parte se debe al buen trabajo que encontró en las oficinas centrales de la empresa de la ventanita. “Se me abrió un mundo”, confiesa el analista técnico en Computación que, dice, fue encontrando su rumbo en la compañía. Al principio, empezó trabajando en un proyecto relacionado a Hotmail, una aplicación de chat que se terminó asimilando con Skype.Y luego pasó al equipo de Xbox, en donde lideró equipos en las versiones anteriores de la consola, como la clásica 360 y después One. Hoy es jefe de un grupo de 40 personas trabajando en la próxima edición del dispositivo, Scorpio, específicamente en su sistema operativo. “Hay otros equipos que trabajan en el hardware, en diseñar los juegos, otros hacen la plataforma, otros los gráficos. Nosotros nos encargamos de la experiencia que corre en la Xbox. Nos estamos centrando mucho en Data Analytics. Cuando la gente usa un dispositivo está generando datos de forma anónima que se mandan a la nube. La idea es tratar de usar esa información para mejorar el producto”, cuenta. Una de las variaciones más pedidas, por ejemplo, fue la de poder escuchar música mientras se jugaba. Hoy se gana con data.”

Rejtman, que pasa un mes al año en el país para las fiestas de fin de año, confiesa que la parte más desafiante de su trabajo no está en la parte técnica si no en la humana, tantas veces pasada de largo para los ingenieros. “Es como dice Nadella. ‘Culture eats strategy for breakfast’. Si hay una buena cultura en la empresa, te vas adaptando a lo nuevo que se viene. ¿Quién hubiese pensado hace 15 años que saldrían autos autónomos? Y hoy es casi una realidad con todos los players trabajando para eso. La verdad es que el trabajo diario es muy diferente a hacer software vos solo; acá siempre son productos muy grandes. Hay decenas de miles de usuarios en la cabeza de cada coder y más de 1.000 personas trabajando en esto. Requiere de una fuerza táctica y una capacidad de trabajar en equipo que hay que desarrollarlas.” En Microsoft, por suerte, puede hacerlo y contagiarlo: se convirtió en Champion de los pasantes y da charlas inspiracionales dentro de la compañía para que otros, también, puedan seguir sus pasos.